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Encuentros que Transforman la Vida

Todos vivimos diferentes experiencias en la vida. Cada una de estas experiencias nos afectan en alguna manera. Los resultados pueden ser buenos, malos o una combinación de ambos.

La manera que enfrentamos estas experiencias determinará si estas nos afectan en forma negativa o positiva. Si vemos cada experiencia nueva como una amenaza cerramos la puerta a las posibilidades de cambios positivos y el aprendizaje de nuevas elecciones sobre la vida. Si vemos cada experiencia nueva a través del filtro del principio bíblico de “examinadlo todo, retened lo bueno” (1 Tesalonisenses 5:21) abrimos la puerta a cambios positivos y el aprendizaje de nuevas lecciones que pueden mejorar nuestra vida.

Hay algunas experiencias traumáticas que cambian totalmente el rumbo de una vida.

No tenemos el control sobre estas circunstancias o situaciones. Suceden sin planeación. Vienen en diferentes colores, puede ser un accidente, una enfermedad, un acontecimiento familiar, un desastre económico o un encuentro personal.

El encuentro personal que más puede transformar nuestra vida en todos los sentidos para nuestro bien es el encuentro con Jesús. Ese es el propósito, traer personas a Jesús para que tengan un encuentro personal transformador con él.

WILL CLAYE: SU BIBLIA EN LA MANO Y EN EL CORAZÓN

Estados Unidos batió el récord de oro en la historia de la competencia de atletismo en pista cubierta. Diez veces dieron triunfantes los atletas norteamericanos la vuelta a la pista como ganadores de sus respectivas pruebas. Nueve con las barras y estrellas ondeando a su estela, y uno con una Biblia en la mano. Todo un símbolo del dominio indiscutible de su equipo en unos Mundiales en pista cubierta.

Nunca en la historia de la competencia nacida en 1985, consiguió un país, ni la todopoderosa Rusia de su tiempo, lo que logró el pasado mes de marzo el equipo de Estados Unidos: una cosecha de 10 medallas de oro.

En concreto fue Will Claye, cristiano evangélico y un magnífico triplista de 20 años, quien tras ganar su competencia con la mejor marca personal y mundial del año, dio la vuelta a la pista con una gran Biblia azul, muy usada y muy leída, en la mano derecha. Ya había hecho lo mismo cuando fue bronce en Corea 2011. Claye recordaba así el gesto de otro atleta evangélico, el pastor bautista Forrest Custer Smithson, de Oregon, que corrió y ganó los 110 metros en vallas de los primeros juegos de Londres de 1908, portando una Biblia en la mano izquierda.

Aunque hay una diferencia importante. El gesto de Claya se ha producido en Estambul, Turquía, donde aún existe una fracción importante de radicales islámicos.

La Biblia en el corazón

Leyendo el Twitter de Will Claye podemos leer su perfil: “Soy un creyente, (…) Dios tiene el control”; se ve su fe y la importancia que da a Dios, incluso por encima de sus éxitos deportivos.

Y citando un texto bíblico de genuina fe evangélica, también escribe: “Todas las promesas de Dios se obtienen a través de la fe… ¡y sólo por la fe!”. No es que corra con una Biblia en mano cuando gana. Corre siempre con ella en el corazón.