Por trata de personas se entiende la captación; el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño o de situación de vulnerabilidad o a la recepción de pagos o beneficios para obtener autoridad sobre otra con fines de explotación.

Para mayor claridad, se distinguen de dicha definición tres componentes fundamentales que están vinculados entre sí: 1) la actividad o enganche, 2) los medios o la forma en que se engancha, y 3) el propósito o fin.

Puede ser explotación a la prostitución u otras formas de explotación sexual, servicios forzados y la extracción de órganos.

De acuerdo con la oficina ONUDD de las Naciones Unidas, México está catalogado como fuente, tránsito y destino para la trata de personas, que incluye a mujeres, niños, personas indígenas y los migrantes indocumentados.

Ingrid Ramírez La Valle coordinadora de la Policía Federal ha advertido que en Puebla y Tlaxcala se han detectado “focos rojos” de trata de personas. Hillary Clinton, Secretaria de Estado Norteamericana declaró el mes pasado que cerca de 27 millones viven en alguna esclavitud en todo el mundo.

Esto es lamentable, pero cuando pensamos en la esclavitud espiritual, son billones los que viven sin libertad y están atados a algún vicio, mentira, engaño, infidelidad, fraude o prostitución.

La Biblia nos presenta el único “libertador” que puede romper las cadenas que atan el corazón de los niños, jóvenes y aún adultos.

“Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36). Usted no tiene que vivir en la esclavitud. Deje que el Señor Jesucristo le libere para siempre.