Nicodemo nos da un extraordinario ejemplo de la capacidad de dar. No cabe duda que era un hombre rico pues la cantidad que trajo para embalsamar el cuerpo inerte del Señor Jesús tenía un alto valor; fueron alrededor de 40 kilos de una mezcla aromática de mirra y áloe, que no escatimó en ofrecerla. Podemos afirmar que una aportación tan significativa revelaba claramente su adhesión a la fe cristiana y era un testimonio de lo que el Señor significaba para su vida.

La Biblia, menciona a Nicodemo en tres diferentes ocasiones: Juan 3:1-2; Juan 7:50 y Juan 19:39. Algunos lo consideran como un discípulo secreto, pero después de su encuentro de noche con el Señor, mostró que había entendido el mensaje de salvación y lo había recibido. Su defensa del Señor ante el Sanhedrín fue pública y en el último pasaje viene con un compuesto aromático para pedir el cuerpo de Jesús cuando todos los discípulos habían huido.

El Señor no necesita nada de nosotros, todo el universo le pertenece. Pero en su maravillosa sabiduría nos da la oportunidad de demostrarle nuestro amor y participar en el plan de salvación mediante la entrega de lo que somos, lo que sabemos y lo que tenemos. Dar es un acto de fe y de amor porque surge de un corazón que se da a sí mismo. Es un acto de adoración porque incluye sometimiento y reconocimiento de Dios como dueño. Es un acto de confianza porque muestra la seguridad que Dios proveerá todo lo necesario para nuestras necesidades. Es un acto de entrega de TU VIDA, más que de tu dinero o posesiones.

¡ Atrévete a Darte !