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Corazones Gemelos

Pensamos que las relaciones con Dios dependen de la perfección, sin embargo, la perfección es algo que dista mucho de nuestra experiencia. Tal vez sea por esto que nos limitamos de buscar a Dios de manera constante, uno de los efectos del pecado fue crear en las personas una baja autoestima y una imagen derrotista, como en Adán y Eva, quienes sólo encontraron un camino ante la verdad de su imperfección, esconderse de Dios. Al recibir a Cristo, estamos en Él y Él en nosotros. Su perfección se nos imputa aunque seguimos luchando con hábitos y costumbres imperfectas.

Ante esta dualidad en nuestras vidas nos preguntamos ¿qué busca Dios? Dios busca un corazón conforme al suyo en esta crisis de perfección-imperfección en nuestra existencia. El rey David fue un claro ejemplo de esto. Samuel dijo: “Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo” (1° Samuel 13:14).

Quienes han estudiado la vida de David han encontrado que la perfección distaba mucho de su experiencia, sin embargo, los escritos de Samuel y algunos salmos descubren que su corazón se aceleraba, se calmaba, se alegraba o entristecía por lo mismo que el corazón de Dios. Por eso Samuel sentenció a Saúl con esas palabras: “El Señor se ha buscado un varón conforme a su corazón”.

No somos perfectos, pero nuestro corazón sigue latiendo. ¿Qué motiva esos latidos? Dios espera que sean los mismos motivos para hacer latir al Suyo.