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El servicio al Señor

Introducción.

Un buen ministro de Jesucristo debe estar bien nutrido de la Palabra de Dios, así lo expresa el apóstol Pablo en sus cartas a Timoteo (1Tim 4:6), y debe ser alguien que usa bien esa Palabra de Verdad (2 Tim 2:15). Hoy día se necesita mucho esto, ya que vivimos tiempos donde abundan las falsas doctrinas.

¿Por qué es tan importante nutrirnos de la Palabra en el servicio cristiano?

I. Porque debemos crecer en la vida cristiana. (1 Pedro 2:2)

a) Como hijos de Dios, nacidos de nuevo, necesitamos ese alimento puro y nutritivo que es la leche pura de la Palabra de Dios. Debemos tener siempre ese deseo profundo de alimentarnos de esta Palabra viva y permanente. (1 Pe 1:23-25)

b) Pero tengamos cuidado de no perder el hambre y la sed de la Palabra de Dios, éste deseo puede destruirse con doctrinas equivocadas, con preocupaciones, placeres y deseos de esta vida que nos ahogan. (Luc 8:14)

II. Porque debemos ser obreros aprobados por Dios. (2 Timoteo 2:15)

a) El cristiano debe luchar “ardientemente por la fe dada a los santos”, y echar por tierra las falsas teologías; esto es “velar” por la sana doctrina. (Ga 1:9; 1 Tim 4:1)

b) Se debe guiar a los creyentes a un desarrollo continuo mediante “la doctrina que es conforme a la piedad”, y ayudarlos a madurar, de modo que reflejen la imagen de Cristo en el hogar, en la iglesia local y en el cuerpo de Cristo. (1 Tim 6:3-5; Ef 4:11-16)

III. Porque debemos estar aptos para el servicio cristiano. (2Timoteo 3:16-17)

a) Jesucristo enseñó que la Escritura es la Palabra inspirada de Dios aún en los detalles más insignificantes; él afirmó que todo lo que dijo lo recibió del Padre y es verdadero. (Mt 5:18; Jn 5:30-31)

b) La Palabra de Dios es la expresión de la sabiduría y el carácter de Dios, por lo tanto puede dar sabiduría y vida espiritual mediante la fe en Cristo. Todos los comentarios, doctrinas, interpretaciones, explicaciones y tradiciones deben juzgarse y legitimarse mediante las palabras de las Escrituras. (Jn 6:63; Dt 13:1-5)

IV. Porque debemos ser transformados a la semejanza de Cristo. (2Corintios 3:18)

a) Dios es el que reparte los dones y constituye nuestros ministerios, a fin de conformar el cuerpo de Cristo que es la iglesia. Debemos crecer en gracia y avanzar hacia la madurez espiritual en todos los aspectos en Cristo. (Ef 4:11-14)

b) El cristiano debe tener cuidado con “todo viento de doctrina”, y debe rechazar a los falsos maestros sosteniendo y expresando, con amor, la verdad revelada en las Escrituras. Debe vivir en verdadera justicia y santidad. (Ef 4:15-16)

CONCLUSIÓN

Cristo nos comisionó para predicar el evangelio en todo el mundo, y para que hagamos discípulos; esto no es una tarea sencilla, pero se puede lograr con la guía del Espíritu Santo y con una buena preparación en la Palabra. La Palabra de Dios es nuestro alimento espiritual diario, al igual que la oración; el nutrirnos bien de ella nos hará CRECER en la vida cristiana, seremos entonces OBREROS APROBADOS, resultando APTOS PARA EL SERVICIO, y seremos SEMEJANTES A CRISTO.